Todos hemos estado allí.
Buscando un archivo llamado “reporte_final_definitivo_v2_CORREGIDO_ok (nuevo).xlsx”.
Lo abrimos. No es el correcto. Volvemos atrás. Hay otras cinco versiones parecidas. Ninguna se entiende del todo.
Y entonces, nos damos cuenta de que ese archivo —mal nombrado, perdido, contradictorio— no es solo un problema de orden:
Es el espejo de cómo opera esa organización.

Ese archivo dice más de la empresa que su misión colgada en la pared.
Porque una empresa que no puede nombrar bien sus archivos, difícilmente puede gestionar bien su transformación digital.


No es tecnología. Es disciplina.

Muchas veces se piensa que la transformación digital comienza cuando se contrata un ERP, cuando se implementa un CRM o cuando se lanza una nueva web corporativa.

Y sí, esos son componentes clave.
Pero en mi experiencia, la verdadera transformación empieza mucho antes:
Empieza cuando una organización decide tomarse en serio el orden, los procesos y la claridad.

Transformar digitalmente no es solo digitalizar.
Es pensar distinto, trabajar distinto y comunicarse distinto.

Y si tu equipo aún se sigue enviando archivos por correo sin control de versiones…
Si usan WhatsApp para aprobar documentos…
Si guardan información crítica en carpetas personales…
Entonces, amigo, no importa cuántas herramientas modernas compres: estás construyendo sobre arena.


El Excel mal nombrado es el síntoma, no el problema

Cuando veo un archivo con cinco versiones, una sin fecha, otra sin autor, y una tercera con una fórmula rota, no critico al usuario.
Me hago una pregunta más profunda:

¿Qué tan clara es la estructura operativa de esta empresa?
¿Qué tan maduros están sus procesos?
¿Qué tan seria es su cultura del dato?

Porque el Excel mal nombrado no es el origen del caos: es su reflejo.
Refleja la falta de protocolos, de propiedad sobre la información, de trazabilidad y de confianza en los sistemas internos.

Y si eso no está claro en algo tan básico, es un riesgo enorme pensar que la automatización o la IA van a solucionarlo.
Lo que no está claro en lo manual, solo se acelera con la tecnología.


El orden es el nuevo superpoder

En Konekta2 hemos acompañado a organizaciones de distintos tamaños en sus procesos de transformación.
Y en cada caso exitoso hay un patrón común:
Antes de hablar de digitalización, hubo un compromiso real con la organización interna.

No hablamos solo de “limpiar archivos”, sino de:

  • Definir procesos con nombres claros y responsables.

  • Establecer reglas de nomenclatura de documentos.

  • Centralizar la información en espacios comunes.

  • Crear tableros que midan lo que importa.

  • Eliminar duplicidades que solo confunden.

  • Y lo más difícil: sostener el orden en el tiempo.

Porque la transformación no se logra en una reunión de planificación.
Se logra en cada tarea pequeña que se hace con rigor, cada día.


El mito de “la herramienta lo resuelve”

Muchos líderes creen que al contratar una buena herramienta, sus problemas se resolverán por arte de magia.
Pero la herramienta es apenas el canal.
La calidad del flujo depende de las personas, del proceso y del hábito.

Puedes tener el mejor software de gestión documental, pero si tu equipo no respeta las reglas mínimas de organización, es solo una capa bonita encima del desorden.

Transformación digital no es sumar más software.
Es restar improvisación.


¿Por dónde empezar realmente?

Si me preguntas qué se necesita para comenzar una transformación digital seria, te responderé algo simple:

Empieza donde está el caos más silencioso: los archivos.

Revisa:

  • ¿Cómo nombran los documentos?

  • ¿Dónde se guardan?

  • ¿Quién los puede modificar?

  • ¿Qué procesos dependen de esa información?

  • ¿Qué pasa si alguien renuncia mañana y borra su carpeta?

Y a partir de allí, ordena.
Estandariza.
Y luego, digitaliza.


Los grandes cambios no empiezan con grandes anuncios.
Empiezan con decisiones pequeñas, pero constantes.

Decidir tener un archivo bien nombrado, una hoja limpia, un proceso claro…
parece simple. Pero es revolucionario.

Porque el orden construye confianza.
Y la confianza abre la puerta a la verdadera innovación.

Así que la próxima vez que encuentres ese Excel llamado “última última versión FINAL DE VERDAD.xlsx”…
no lo ignores.
Pregúntate qué dice sobre tu empresa.

Tal vez, ese archivo no sea solo un error.
Tal vez, sea el punto exacto donde empieza tu transformación.

El día que aprendimos que claridad también es decir no

El día que aprendimos que claridad también es decir no

La mayoría de las empresas celebran los comienzos. Pero pocas entienden el valor de los finales. Hay decisiones que no consisten en avanzar, sino en detenerse a tiempo. En Konekta2 hemos visto muchas organizaciones crecer, innovar y transformarse; pero también hemos...

La automatización que hizo perder el control

La automatización que hizo perder el control

La tecnología puede ser el mejor aliado de una empresa… o el principio de su caos. Todo depende de si la usa para entender mejor o simplemente para hacer más. Hace un tiempo, una compañía nos contactó tras experimentar un colapso interno: sus procesos estaban...

💡 El proyecto que fracasó por exceso de certezas

💡 El proyecto que fracasó por exceso de certezas

En los negocios, el verdadero riesgo no siempre está en lo desconocido, sino en lo que creemos conocer demasiado bien. A veces, la confianza absoluta se convierte en un punto ciego que nos impide ver lo obvio. Eso fue exactamente lo que le ocurrió a una empresa que...